¿Llegar a la Meta o Tirar la Toalla?

¿Llegar a la Meta o Tirar la Toalla?

Enviar por Correo Imprimir Twitter Compartir en WhatsApp

Centrarte únicamente en la recompensa de llegar a la meta puede ser frustrante y llevarte a tirar la toalla.  Los comedores emocionales ya hemos sentido tanta frustración a lo largo de querer controlar nuestra forma de comer, que deseamos evitarla a toda costa; hemos empezado una y otra vez la carrera contra el peso, usando la báscula todos los días, la dieta que iniciamos  parece no dar resultados a largo plazo y la impaciencia se apodera de nosotros.

Entonces no es para sorprenderte que la meta se vea más lejos y difícil de alcanzar día con día. Pero la meta no es el problema, lo que sucede es que nos perdemos en fantasías, en todo lo que imaginamos que va a pasar cuando por fin lleguemos al final: cuando bajemos los kilos de más, cuando logre ponerme ese pantalón, cuando junte el dinero, cuando me acepten, cuando me quieran… nos dedicamos a soñar todo lo que haremos con el dinero, con la ropa que nos quedará grande, con el reconocimiento que recibiremos al ver que el ejercicio nos modifico el cuerpo, pero contrariamente a lo que imaginamos, esto sólo nos dejará inmóviles, en pausa, y como soñar es placentero nos que damos sin hacer nada.

Al ver que “eso” que tanto añoramos no llega, nos sentimos perdedores, nos invade la angustia y regresamos a la conducta conocida, regresamos a la zona de confort y tiramos la toalla. Para los que comemos por emociones y no por  hambre estomacal o física, la comida se volverá la forma de darnos consuelo. Y no nos detendremos a reflexionar en lo que está pasando en realidad, que puede ser que entre tanta ilusión y fantasía dejamos de hacer lo necesario para llegar al logro final, o simplemente que estamos pasando por un mal rato, pero que más temprano que tarde, pasará y podremos regresar al camino.

Una forma para evitar que esto suceda es no dejar de vivir el proceso, es durante el camino que vamos aprendiendo, paso a paso, dejándonos tocar por las pequeñas recompensas. Cuando nuestra atención está puesta sólo en la meta, no disfrutamos los pequeños o grandes logros de la vida cotidiana, no podemos reflexionar y reconocer que quizá “HOY” no comí sin hambre, que la tiendita o los tacos de la esquina pasaron frente a nosotros y no nos detuvimos ni a olerlos o que pudimos ahorrar un poco más o que a pesar de la vergüenza pedimos ayuda y al hacerlo evitamos comer por hambre emocional. Son estos detalles los que nos llenan de alegría, de amor propio y nos llevan a la autoafirmación, y esto  será lo que evitará que volvamos a las conductas que nos pusieron en esta encrucijada.

Crear nuevos hábitos de vida, requiere paciencia para estar en atención de lo que sentimos y reconocerlo. Requiere ser perseverante para darnos cuenta que no por una falla, que no por la impaciencia vamos a dejar de hacer lo que nos corresponde para llegar a la meta soñada.  Soñar es maravilloso mientras esto sea para crear un objetivo, una vez que lo tenemos claro, es indispensable responsabilizarnos de “HACER” lo necesario, nadie más lo hará por nosotros.

Recuerda una vez más  “SER TESTIGO DE TI MISMO Y TODO LO QUE SIENTES, SERÁ LO QUE TE LLEVE A DESCUBRIR TUS VERDADERAS NECESIDADES” pero esto únicamente sucede en el aquí y el ahora.

Psict. Marisol Santillán