Mucho se habla de la zona de confort y yo me pregunto ¿existe? O simplemente es una forma de llamar a este lugar que en lo personal, me parece un espacio que limita, detiene y al parecer ¡debería ser confortable! Pero, ¿cómo confortable si nos llena de estrés y otros sentimientos reprimidos? ¿a qué se refiere confortable? Pues después de mucho trabajo personal, con participantes en talleres y terapia, hoy te comparto lo que entiendo de esta trillada frase y te invito a que reflexiones cómo afecta tu vida…
Estar estancados en la zona confort es vivir de una manera cómoda, es decir, prefieres no moverte hacia la novedad para encontrar otras formas de vivir tu vida y a ti mismo, te conformas con lo que ya está presente, algunas veces porque te da miedo lo desconocido, la incertidumbre y el riesgo. Otras porque te da flojera intentarlo, estas acostumbrado a que otros te den o lo hagan por ti o no te sientes capaz de lograrlo. Esto puede ser el reflejo de lo que escuchaste por años de personas importantes “tú no eres como tu hermana” “tu hermano es mejor que tú para el ejercicio” “deja de soñar, eso no es para ti” “te ayudo, yo lo hago” “primero tus hermanitos” y quizá hoy, tú sigues cumpliendo esta profecía.
Es más sencillo llenarte de pretextos que cruzar la delgada línea del terror que da fracasar o equivocarse, pero permanecer en el mismo lugar ya es fracasar, es no darle vida a tus sueños y a las ganas de verte triunfar. Quizá es el miedo de pedir trabajo o de poner un negocio o de bajar de peso y en este punto la mente juega un papel importantísimo, nos imaginamos en el trabajo donde estarán a nuestro cargo muchas responsabilidades: personal, dinero, papeles, números, etc. y cómo nos cansamos de fantasear mejor lo dejamos por la paz. O bien, imaginamos un negocio tan grande que vemos todo lo que no tenemos, lo que falta y con ello llega el desánimo, nos imaginamos la vida perfecta cuando baje de peso, pero al ver que eso no pasa regresamos a la zona de confort donde quedaremos insatisfechos, pero eso sí con mucho ¡¿confort?! Sólo porque es la zona conocida.
Confundir los éxitos de otros con lo que “debería” de ser tu propio éxito es otra piedra en el zapato que molesta y lastima al mismo tiempo. Sólo sacándola dejará de doler y podrás caminar con pasos firmes. Compararte con otros te lleva a percibirte como menos que el otro, con menos dinero, sin pareja, sin hijos, con menos tiempo de hacer ejercicio, con menos fuerza de voluntad para lograr algo o llevar un régimen de alimentación y ¡claro! Para los que somos comedores emocionales pensar que la buena vida es de los flacos es parte de lo mismo… Por años me dije que era mejor comer para tapar mis penas que aceptar que yo sola me boicoteaba en cada dieta o en cada inicio del gimnasio. Hoy sé que con mi forma de comer y mi sobrepeso tapaba el miedo de no ser bonita o suficientemente para ser querida o atractiva, así que seguía en mi zona conocida, en el doloroso confort donde me protegía e inevitablemente me quedaba ganas de “hacer” y de “SER YO”.
Hoy te invito a sentirte merecedor de ser “tú mismo”. No te compares porque siempre encontrarás a alguien mejor que tú desde tu punto de vista. Salte de la zona nada confortable y arriésgate a vivir. Aprende a darte BIENESTAR encontrando “estar bien” en y con TODO lo que haces, seguro no te equivocarás y obtendrás energía para crecer en todas las áreas de tu vida.
Te invito a reflexionar ¿a qué te comprometes para salir de la zona de confort nada confortable?
Psict. Marisol Santillán