Síndrome o resaca postvacacional. Es un conjunto de síntomas que se manifiestan conforme se aproxima el final de las vacaciones, cuando el tiempo de descanso termina y debemos regresar al trabajo, escuela, labores de casa, etc. Al no ser reconocido es capaz de ser somatizado en nerviosismo, irritabilidad, tristeza, ganas de comer, gripa, irritación de garganta sin infección aparente, dolores musculares, desgano, fatiga, etc.
- A quienes puede afectar
Afecta sobre todo a las personas que salen a trabajar fuera de casa 5 o más días de la semana, es decir a trabajadores y a estudiantes. Sin embargo, puede padecerlo cualquier persona que desempeña una labor que implica mucha responsabilidad y, a veces, no concuerda con el grado de satisfacción que produce, otras veces es porque sentimos que hay incertidumbre, poco reconocimiento o bien no nos sentimos en confianza suficiente.
También, en el caso de las madres de familias con varios hijos o con personas dependientes a su cuidado, ya sea enfermos, o incluso adultos que por alguna razón dependen de nosotros y que en los periodos vacacionales podemos descansar dándonos un tiempo para nosotros mismos pero que al regresar a la vida cotidiana, ese tiempo tan preciado termina.
- El pretexto de la vacación se acabó
La forma como se hayan vivido las vacaciones es importante para retomar la rutina.
Muchas veces las vacaciones son el pretexto ideal para estar aletargados, la disciplina en el deporte y en el autocuidado se hacen a un lado y entramos en un aparente descanso. Pero el cuerpo, en realidad, perdió energía, su vigor.
Comer es una forma de cuidarnos y en vacaciones dedicamos tiempo a disfrutar de platillos y momentos que generalmente no tenemos, sin embargo, decidimos que el régimen que llevamos en casa ¡se quedó en casa! y comemos demás, imaginamos que al regresar volveremos a la dieta.
Quizá nos llevamos pendientes de trabajo a las vacaciones, suponiendo que nos daremos el tiempo para terminarlos… pero, encontramos mil excusas para no abrirlos.
Así, ningún buen pretexto beneficia haber tenido unas vacaciones largas, o bien, fue una travesía con excesivas actividades que no permitieron disfrutar de un buen descanso, en realidad regresamos cansados y repitiendo la trillada frase “necesito vacaciones de las vacaciones”
Programar la vuelta a casa y al trabajo de un modo realista y llevarla a cabo relajadamente, sin improvisaciones de último momento es lo más recomendable, para no generar más estrés. Es decir, no es recomendable volver de vacaciones un día antes de reincorporarse al trabajo, la escuela o las actividades de quienes dependen de nosotros. Lo recomendable es darse al menos un par de días para prepararse mental y físicamente.
- Pasos para dejar la resaca atrás.
Para la mayoría de las personas estables emocionalmente y con un ambiente laboral tolerable, la resaca de las vacaciones toma entre una y dos semanas, máximo.
- Regresar al régimen alimenticio y horarios de comida lo antes posible, eso ayudará a recuperar la energía vital, empezarás a dejar la resaca atrás.
- Recordar la meta, tener claro “para qué” hago lo que hago. Ahí esta el motor que te impulsa a moverte.
- Ir poco a poco, retomar la rutina de forma progresiva y no querer hacerlo en automático, sino recuperar el impulso natural. Retomar las horas de sueño, volver poco a poco el ejercicio, retomar las actividades de una en una, con paciencia.
- Reconocer que gracias al esfuerzo diario puedes tomar vacaciones de vez en cuando, reconoce que la satisfacción que produce.
- Si a pesar de estos puntos, después de dos semanas, sigues con malestar o incomodidad, acudir a un especialista es lo indicado.
Darte un tiempo para ti es una practica de todos los días, ¡no esperes a tener vacaciones!
Psict. Marisol Santillán