Algunas veces puedes sentir que no estas haciendo lo suficiente, que las cosas parecen estar mal en casa, en tu trabajo o con tu familia, y además odias tu cuerpo y tu relación con la comida parece un caos… y decides hacerte a un lado, descuidándote y quizá tirarte a llorar o ver televisión con un plato de comida…“ya nada importa”
Una forma de levantarte y recuperar el buen animo es enfocarte en todo lo que has hecho bien, en aquellas cosas que te hacen estar satisfecha de ti, orgullosa. No necesariamente en aquellos grandes logros como un televisor nuevo o viajar a un SPA por un fin de semana, sino mirar esos pequeños grandes logros que te han hecho estar adelante de las viajas costumbres como el auto sabotaje, esos grandes momentos donde el apapacho no fue con comida y sí lograste estar satisfecha de ti, ese trabajo tedioso que estuvo listo a tiempo, aquel feliz encuentro con un cambio de conducta que hoy es un hábito. Todo aquello lo has logrado viviendo la misma vida que transcurres en este momento.
Quienes somos comedores emocionales tenemos la creencia de que todo debe estar perfecto para saber que lo estamos haciendo bien y gastamos mucha energía y tiempo en comprobarlo, de lo contrario, parece que todo se derrumba y se acaba la motivación. No se trata de invertir la energía en eso, sino en todo lo contrario, se trata de usarla para cuidar bien de nosotros mismos, para saber que la vida tiene subidas y bajadas, aciertos y desaciertos y que con ellos viene el aprendizaje. El autocuidado implica dedicarle tiempo a ello, aunque los tiempos no coincidan con nuestra agenda, es usarlo a nuestro favor, es darme cuenta de que vale la pena el esfuerzo, que yo lo valgo.
Sin importar lo que suceda en tu entorno, regresar a mirarte y cuidar de ti es un regalo hermoso.
Aquí te comparto unos tips que pueden apoyarte:
- No te sientes a comer lo que hay en casa chopeando tu decepción, mejor ve al supermercado y compra comida que te recuerde que vale la pena cuidar de ti.
- Sal a caminar, baila en tu casa, mueve el cuerpo y genera un cambio de energía en ti.
- Limpia un espacio o cajón de tu casa que has estado posponiendo.
- Ve al espejo y has caras graciosas, ríete contigo.
- Saca tu lista de pendientes y revisa qué puedes adelantar en este momento.
- Juega un rato con tu mascota.
- Dedícate un tiempo al cuidado de tu cuerpo, las uñas, un baño, depilarte, experimenta algún peinado nuevo, etc.
- Regálate unas flores, sal a buscarlas.
- Salte de ese estado de victima y escribe tus logros, pequeñitos o grandes ¡todos cuentan!
El punto de sentirte satisfecha contigo misma está en notar, en darte cuenta de que puedes hacerlo, que eres responsable de ti y que tienes la voluntad de seguir haciéndolo. A veces podemos olvidarlo, pero el poder para lograrlo siempre está dentro de ti.
Hacer una pausa para recordarlo no implica sentarte frente un plato de comida, sino detenerte un momento para recordar que estás en un camino de reconciliación contigo más allá de la forma de tu cuerpo y el proceso no tiene que ser perfecto sino constante.
Terapeuta Marisol Santillan
Psict. Marisol Santillán